viernes, 10 de mayo de 2019
Actitudes para tener una relacion sana
6 actitudes para tener una relación sana.
Somos seres sociales, hasta aquí no descubro nada nuevo, desde el mismo momento en que nacemos necesitamos crear vínculos con nuestros padres y familia, posteriormente con nuestros iguales creando relaciones de amistad para más tarde crear relaciones de pareja.
Aun siendo una necesidad prioritaria para el ser humano, las relaciones no siempre son sencillas ni fáciles de mantener. Las relaciones, entendidas como entidades diferentes a las personas que la integran, deben ser cuidadas y alimentadas como si de un organismo vivo se tratase. Desgraciadamente no existe una "fórmula mágica" o receta que podamos aplicar para asegurarnos el éxito en nuestras relaciones de pareja.
No obstante hay aspectos que debemos desarrollar si queremos tener una relación de pareja sana que nos aporte satisfacción y felicidad.
Voluntariedad
El formar parte de una pareja es voluntario, es una decisión personal que tomamos en un momento dado de nuestras vidas, decidimos unirnos emocionalmente a una persona que consideramos el o la compañera ideal. Ahora bien esta voluntariedad debe ser un continuo en la relación ya que el que es libre para estar con otro también lo es para dejar de estarlo. Tener esta idea presente nos ayuda a cuidar la relación y a cuidar del otro.
Este concepto también incluye las cosas que hacemos por el otro desde la libertad. Si algo hacemos por nuestra pareja debe ser voluntario, por ejemplo, mi pareja quiere ir a un concierto y le gustaría que le acompañara. Es decir, de todas las personas que conoce quiere que sea yo quien comparta esto con ella. Es posible que a mi el grupo no me guste mucho, pero si pongo en relevancia su deseo de que sea yo la persona que comparta con ella esa experiencia importante, es muy posible que quiera acompañarla.
Respeto por la individualidad
Respeto por la individualidad
Antes de ser pareja somos personas con nuestros gustos, creencias, valores, necesidades y que nos siempre van a poder coincidir con las de la persona que tenemos al lado. Esto puede ser una fuente de conflictos si nos ponemos en la actitud en la que uno gana y el otro pierde, actitud en la cual no respetamos al otro en lo que es, ni en lo que siente ni en lo que necesita.
Para poder respetar al otro hay que aceptar y comprender las diferencias no como algo negativo y que nos separa, si no como algo que me ayuda a conocer a la persona con la que comparto mi vida. Esto no significa que tenga que estar de acuerdo en todo, si algo me hace sentir molesto o mal tengo derecho a decírselo a mi pareja y decirle que es lo que me gustaría o que cambios en su comportamiento desearía, pero el cambio es voluntad del otro y como tal tengo que entenderlo, lo que a mi me gustaría no puedo convertirlo en una exigencia.
Transigencia
Transigencia
Este pilar se deriva directamente del anterior, cuando yo acepto al otro y le respeto entonces transijo en aspectos que aunque para mi pueden ser equivocados, para el otro son importantes. Para poder transigir es necesario aceptar (nuevamente) que el otro es diferente a mi y que debe tener su espacio de libertad para poder ser él mismo. La transigencia supone el darle una perspectiva real a los aspectos que nos separan. Muchas veces contestando a la siguiente pregunta: ¿ Esto en realidad tiene tanta importancia como para entrar en un conflicto o soy capaz de tolerar esto sin que suponga un escollo en la relación? nos damos cuenta de que tenemos capacidad para tolerar y transigir.
Unida a la transigencia también debemos desarrollar la indulgencia, que aunque solemos utilizar esta palabra en tono peyorativo, su significado es el siguiente: "Actitud o tendencia de la persona que tiene especial facilidad para perdonar las ofensas, o castigarlas con benevolencia, y para juzgar sin severidad los errores de los demás". El que seamos el juez más implacable de nuestra pareja nunca ayudará en la relación.
Compartir
Compartir
No confundamos el compartir tiempo con compartir espacio. Muchas veces las parejas están en el mismo espacio pero no están compartiendo nada más allá. Es cierto que en nuestra vida actual tenemos muchas obligaciones y apenas tenemos tiempo para estar con el otro. Trabajamos y cuando llegamos a casa comienzan las obligaciones domésticas, apenas tenemos tiempo para nuestras parejas y cuando compartimos tiempo siempre suele ser realizando otra actividad, ya sea cenando, viendo la tele, etc.
El compartir en pareja tiene que ir más allá, tiene una dimensión mucho más global. El compartir experiencias, sentimientos tanto de pareja como personales, el compartir valores, preocupaciones y temores. En definitiva estar el uno con el otro, siendo eso lo único que tiene importancia en ese momento, esto es lo que le otorga calidad al tiempo compartido.
Comunicación
Comunicación
Aquí esta el caballo de batalla de muchas parejas, la falta de comunicación. Comunicarse no es solamente hablar o dar información, es un proceso mucho más amplio en el que se involucran las emociones y la disposición personal para querer entender al otro.
La comunicación parte del que habla y del que escucha. Para que haya una buena comunicación hace falta que el que hable sea capaz de emitir un mensaje eficaz y que se exprese de forma clara y por parte del que escucha es necesario que practique la escucha activa, esto es la habilidad para para encontrar respuestas a las siguientes preguntas: ¿cuál es el mensaje que me quiere transmitir mi pareja? ¿Qué es lo que siente? ¿porqué se siente como se siente?, es decir tener la capacidad de ir más allá del lenguaje hablado, es entender las emociones y los pensamientos que subyacen al mensaje que nos da el otro. En pocas palabras poner a funcionar nuestra empatía y para esto como decíamos antes es necesaria esa disposición para querer entender al otro no solo en lo que dice sino en lo que siente.
Refuerzo
Refuerzo
Entendemos el reforzamiento como las gratificaciones que damos a los demás. Cuando empezamos con nuestras parejas las gratificaciones que les damos son muchas y variadas, desde un halago, una caricia incluso en algunos casos, poemas o cartas de amor diciéndole la importancia que tiene para nosotros. Desgraciadamente al paso de los años vamos perdiendo esta buena costumbre. Con esto no digo que haya que "cantar una serenata" todos los días a nuestra pareja, pero seguir reforzando al otro es muy importante.
Los mayores refuerzos para los adultos son que nos presten atención y que nos den nuestras de reconocimiento. Por tanto un "gracias por acercarme al trabajo", "la comida está riquísima", demuestran que reconocemos el esfuerzo del otro y que se lo agradecemos. Un pequeño gesto que nos reportará grandes beneficios en la relación.
Señales de tu relacion de pareja no funciona bien
¿Eres realmente la persona con la que quiero estar?
Ahora bien, tomar la decisión de dejar a tu pareja no es una decisión fácil, y antes de darle vueltas a la cabeza por cosas que no son, lo mejor que puedes hacer es hablar con tu pareja para que te exponga su punto de vista. Muchas veces los conflictos se solucionan con la comunicación correcta.
La relación con tu pareja puede ser variable, porque cada uno tiene su punto de vista y sus creencias y, en ocasiones, los problemas no son percibidos de la misma manera por los dos actores de la relación.
Los conflictos de pareja
Los conflictos entre personas son normales, en el trabajo, con la familia y, cómo no, con nuestra pareja. Los motivos por los que las parejas tienen conflictos pueden ser múltiples y variados, pero lo realmente perjudicial es no solucionarlos a tiempo, porque puede crearse un efecto bola de nieve.
Suele ocurrir que al principio, por el enamoramiento, pasemos por alto nuestras necesidades, intereses y preferencias personales, para estar al servicio de nuestro nuevo amor. Pero, a medida que el tiempo avanza, volvemos a enfocarnos en nosotros mismos, algo que puede generar una lucha de poder. Éste es un fenómeno que ocurre con cierta frecuencia entre aquellas parejas que no adquirieron las herramientas emocionales necesarias durante el noviazgo para dar solución a lo problemas diarios con lo que la pareja puede enfrentarse. Esto puede desencadenar en una situación en que la pareja no tenga futuro.
- Para saber más sobre esto, solamente tienes leer nuestro artículo: “La lucha de poder en las relaciones de pareja”.
Señales de que estás en una relación de pareja equivocada
Ahora bien, ¿qué es lo que te puede hacer dudar sobre tu relación? ¿Qué es lo que puede hacerte pensar si te has equivocado estando con esta persona? Estos 6 puntos pueden aportarte información valiosa para que te replantees tu situación o no.
1. Ya no eres tú mismo/a
Cuando las cosas no van bien. esto puede afectarte profundamente. Todo lo que había cuando la relación se inició ha desaparecido, y con ello se han ido las dos personas que ser querían. Puede que pienses que ya no te trata igual, pero tal vez tu tampoco te tratas igual.
Has dejado de ser quien eras y has dejado de lado todo lo que te motivaba. Quizás sea el momento de tomar distancia y recuperar tu mejor versión. Si no te quieres a ti mismo, dificilmente te van a querer.
2. Los conflictos son parte de la rutina diaria
Como se ha dicho, los conflictos pueden surgir cuando convivimos con otras personas, es parte de la naturaleza humana. A veces puede que tengas tú la culpa y otras la otra persona. Los conflictos, de hecho, pueden ser oportunidades para afianzar la relación y crecer juntos.
Sin embargo, cuando entramos en una dinámica negativa, en la que cada uno va por su lado y la comunicación es nula, se puede crear una situación de la que sea muy difícil salir. Asimilar la idea de que la discusiones y los estallidos de ira forman parte de la cotidianidad con la otra persona no hace más que crear conflictos artificiales, generar una normalización del problema y hacer que domine la sensación de expectativa de enfados constantes.
Por supuesto, esto es un círculo vicioso del que es complicado salir cuando ya lleva tiempo funcionando. Más aún cuando alguno de los dos pierde el respeto al otro.
3.Tienes una vida íntima poco a activa o insatisfactoria
La vida íntima puede ser un reflejo de que algo no va bien y, además, puede ser un punto conflictivo si es insatisfactoria. Muchas personas se quejan de que la llama entre ambos se ha apagado, porque los enamorados no se preocupan de que siga encendida.
Ahora bien, si notas que tu pareja está fría contigo y que no te ve con los mismos ojos, puede que algo pase por su mente. En estos casos, aunque sea difícil, lo mejor es hablarlo.
4. Estás constantemente intentando demostrar tu valía
Puede que notes que esto ya no es lo que era y que te culpes a ti porque las cosas no salen como has querido. La relación es vista como un concurso en el que se está solo contra una serie de retos, planteados muchas veces por la pareja. Esto genera situaciones estresantes y una sensación de soledad que no cesa.
No cometas el error de culparte solo a ti, porque la relación es cosa de dos. Si piensas que solo tú tienes la culpa, seguramente estés intentando compensarlo de alguna manera. Si no te sientes querido o querida, házselo saber a tu pareja.
5. Tienes la sensación constante de que algo no funciona
Y es que no podemos fiarnos solo de lo que pensamos, sin embargo, a veces la intuición no nos falla. Te esconde algo, percibes que no es del todo sincero y por alguna razón lo sabes. Este tipo de cosas nos hacen dudar y nos hacen pensar que puede que algo ocurra. Si tienes esta sensación, con mucho tacto, busca la manera de que la otra persona exponga su opinión al respecto.
6. Te sientes emocionalmente distante
Puede ocurrir que estés viviendo con esa persona pero en realidad te sientes solo o sola. No te escucha, no te cuenta sus cosas y notas que está distante. Lo extraño es que antes no era así, pero ahora parece que vivas con otra persona, con con aquella de la que te enamoraste justamente por el grado de intimidad que ganaste con alguien. Si no te muestra afecto, ¿por qué quieres seguir con esa persona? ¿Tiene futuro la relación?
Actitudes para tener un relacion de pareja satisfaccion
4 actitudes para tener una relación de pareja satisfactoria
Toda relación en sus inicios, es una explosión de emociones, donde priman las sensaciones positivas y excitantes y una alta activación fisiológica, que es aquello que conocemos como "mariposas en el estómago".
Esto se produce en lo que llamamos fase de enamoramiento. En esta fase nuestro cuerpo responde y se activa porque la persona que estamos conociendo es "un misterio por descubrir", donde la novedad y la sorpresa es un motor para seguir conociendo a la persona.
Esta es una fase de grandes satisfacciones, los momentos que se pasan con la pareja son momentos generalmente agradables, se comparten momentos de diversión como son las vacaciones, las salidas de fin de semana donde se realizan actividades divertidas que generan una gran satisfacción. Esta fase continua hasta que se se establecen vínculos profundos.
El final de esta fase da paso a la siguiente que es la que conocemos como la fase de compromiso. En ésta los dos miembros de la pareja tienen voluntad de darle continuidad a la relación.
En esta fase, la novedad y el misterio da paso al conocimiento del otro, que se ha convertido en una persona real, cono sus virtudes y sus defectos.
Ahora la relación ya no es tan excitante en todos los momentos. La pareja tiene que hacer frente a los problemas que se presentan en toda relación y es en estos momentos de conflictos, inconvenientes y situaciones difíciles donde se verá la verdadera fortaleza del vínculo que hemos creado a lo largo de toda la relación.
Veremos si realmente nuestra relación es un vínculo con capacidad de éxito o no, dependiendo de cuáles sean nuestras actitudes y habilidades a la hora de gestionar y hacer frente a las situaciones cotidianas y problemas que puede presentar nuestra relación.
Si nuestras actitudes y nuestras habilidades son negativas, es decir, no nos ayudan a resolver los problemas que como relación tenemos que enfrentar, es muy difícil que esa relación sera exitosa y mucho menos satisfactoria, en estos casos la relación se convierte en una fuente de problemas en sí misma.
Por contra hay parejas que desarrollan cuatro actitudes fundamentales para poder tener una relación satisfactoria.
Veamos en las siguientes líneas cuáles son esas cuatro actitudes que marcan la diferencia entre las parejas exitosas y las parejas conflictivas.
Habilidades comunicativas.
La habilidad comunicativa supone saber expresar al otro aquello que necesitamos, queremos, sentimos y pensamos, de manera honesta, sincera y constructiva, tratando de abrir un canal de comunicación bidireccional dónde ambos pueden hablar de los problemas sin críticas ni reproches.
Una pareja que domina esta habilidad es capaz de hablarse emitiendo los mensajes en el momento oportuno centrando sus argumentos en el presente, emitiéndolos de forma clara y concisa.
No solo dominan el mensaje que quieren dar sino que también dominan las normas básicas de la comunicación. No se interrumpen y respetan los turnos de palabra. Mantienen una escucha activa y solicitan más información si es necesario para entender correctamente el punto de vista de la pareja y lo que es más importante, mantienen un tono amable incluso durante el conflicto.
Por contra, las parejas con una relación insatisfactoria tienen una habilidad comunicativa deficitaria, en la que no dominan los mensajes que quieren dar, los cuales normalmente están "aderezados" con reproches, críticas y recriminaciones. Tampoco dominan las reglas básicas de la comunicación, suelen interrumpirse pisando el argumento del otro, no son capaces de mantener una escucha activa porque se centran en preparar su argumento de defensa y ataque al otro.
Las parejas con buena capacidad para la resolución de problemas saben definir el problema con claridad y brevedad.
Capacidad para resolver problemas.
Otra de las habilidades indispensables es la capacidad para resolver problemas.
En toda relación van a aparecer problemas, incluso las parejas más armoniosas tienen que hacer frente a todo un abanico de problemas. En esto no existe diferencia entre las parejas exitosas y las parejas conflictivas, la diferencia estriba en como unas y otras solucionan los conflictos.
Las parejas con buena capacidad para la resolución de problemas saben definir el problema con claridad y brevedad sabiendo expresar sus emociones y los sentimientos que les genera la presencia del problema a afrontar. Pero, quizás la característica más importante es la capacidad de incluir la autocrítica y asumir su parte de responsabilidad en la aparición del problema. El hecho de que cada uno pueda hacer autocrítica sobre sus propias acciones y actitudes, hacen del problema algo compartido y por tanto también hace que la solución sea compartida.
Esto último es importante puesto que elimina la culpa unidireccional que aparece en las parejas conflictivas a la hora de resolver los problemas. Éstas se centran más en echar la culpa al otro que en buscar su propia responsabilidad y por tanto, también esperan que sea el otro el que solucione el problema al ser "culpa suya".
Dentro de esta habilidad, las parejas exitosas tienen la capacidad de llegar a acuerdos, lo que significa en ocasiones ceder en nuestra postura para poder acercarnos a la postura del otro, haciendo la solución satisfactoria para ambos. Es decir, ambos ceden en sus posturas para alcanzar soluciones.
Por el contrario las parejas no exitosas se mueven en una actitud de ganar o perder, de tener razón o no, y por tanto la negociación no existe porque acercarse a la postura del otro es entendido como un signo de rendición.
Capacidad para reforzar positivamente al otro.
Otra de las características y actitudes fundamentales de las parejas exitosas es su capacidad para reforzar positivamente al otro.
Podemos establecer tres tipos de refuerzo dentro de la pareja:
Las conductas de apoyo.
Entre estas podemos encontrar las actividades gratificantes para el otro, ayudarle en su trabajo, conversaciones sobre las preocupaciones del otro, etc.
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Las expresiones afectivas hacia el otro.
Entre estas encontramos los gestos de afecto como sonreír, acariciar, tocar al otro, etc.
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Las expresiones verbales.
En este último grupo encontramos los halagos, los cumplidos, las expresiones de aliento y ánimo.
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Las parejas exitosas tienen una alta tasa de reforzadores dentro de su relación mientras que en las parejas no satisfactorias, su tasa de reforzadores es significativamente baja.
Habilidades del día a día.
Y por último y no menos importante, otra de las actitudes que ponen en marcha las parejas exitosas son las habilidades instrumentales que permiten regular la convivencia.
Estas son aquellas normas elaboradas por ambos de forma implícita o explicita a partir de las cuales la pareja sabe cómo actuar en cada momento. Aquí encontramos las reglas o acuerdos que gestionan el reparto de las tareas del hogar, la atención a los hijos, el mantenimiento de la casa, la gestión económica, etc. Es decir, todas aquellas responsabilidades y obligaciones que se generan en la pareja y su convivencia.
Las parejas exitosas saben, conocen y aplican estás reglas reguladoras, pero no solo esto, sino que también son capaces de flexibilizar estas normas para adaptarlas a diferentes situaciones y circunstancias.
Las parejas no exitosas, por contra, no han establecido un cuerpo de reguladores de la convivencia y la relación, o si bien lo han establecido, este cuerpo regulador no es respetado.
Por tanto desarrollar estas cuatro habilidades es fundamental para poder tener una relación de éxitoque sea una fuente de satisfacción y de felicidad tanto para nosotros mismos como para nuestras parejas
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